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   Tenemos polémica nueva. Desde hace unos años algunos ayuntamientos como los de Madrid o Valencia han introducido cambios en las cabalgatas de Reyes que no han gustado a todo el mundo. ¡Es la tradición, estúpido!, gritan los más conservadores. ¡Es la diversidad, heteropatriarcal!, gritan del otro lado. Pero, realmente, ¿qué hay de tradición en esta fiesta y hasta qué punto es fiel hoy su escenificación con los orígenes?

Adoración de los Magos (Museos Vaticanos, siglo IV)

             Empecemos por lo más básico: Mateo 2, 1-12. Este pasaje bíblico es el único en el que se habla de “La visita de los Magos” pues ninguno de los otros tres evangelios alude a este hecho. Aquí se recoge de forma brevísima cómo unos magos llegan del Oriente de Judea (región que bajo dominio romano era la provincia Siria-Palestina y que coincidiría grosso modo con partes de la actual Cisjordania. Por tanto, llegaron de ese amplísimo territorio que hoy llamamos Asia, al este del Mar Muerto, sin saber exactamente si procedían de la actual Jordania, Arabia Saudí, Irak, Irán o mucho más al Este. Llegaron guiados por una estrella que anunciaba que había nacido el rey de los judíos, al que encontraron en una casa y presentaron sus regalos: oro, incienso y mirra. Nada dice este pasaje de cuántos eran, ni que fuesen reyes ni cuál era su aspecto físico. Y siendo escrupulosos con la verdad, tampoco sabemos si entre los magos había o no mujeres. De algo parecido a eso que hoy llamamos cabalgata, ni una palabra en el Evangelio de San Marcos.

Adoración de los Magos de Gentile da Fabriano (Galeria degli Uffizi de Florencia, siglo XV)

            La brevísima noticia de la visita de los Magos en la Biblia ha sido la causa de una maravillosa confusión. Por un lado, la parquedad descriptiva de ese pasaje ha hecho que la representación gráfica de aquel hecho haya sido enormemente rica y variada. Sobre piedras en fachadas o pilastras, sobre pergamino en manuscritos, sobre lienzos en distintos cuadros, sobre maderas, etc, se ha desarrollado una tradición artística impresionante. Y es gracias a ella por la que hoy todo el mundo asocia visualmente “Su” idea de los Reyes Magos a una imagen concreta. Dependiendo del país o región en el que nos encontremos, los magos van a caballo o en camello, protagonizan o no una cabalgata la tarde del día 5 de enero, o visten de una manera u otra.

            A lo largo de la historia estos magos han pasado de ser decenas a tan sólo 3 (llegando en algunos relatos de la Antigüedad a ser casi 60 los que llegaron a adorar al recién nacido). Fue en la Edad Media cuando la Iglesia cristiana consiguió asentar la imagen más aceptada: la de tres magos convertidos en reyes, llamados Melchor, Gaspar y Baltasar. Y ya en los albores del Renacimiento, en el siglo XV, comienzan a aparecer las primeras representaciones de uno de ellos como africano, o al menos de tez muy oscura. El Bosco fue uno de los primeros en representarlos de esta manera en un tríptico que hoy se conserva en el Museo del Prado. Pero si bien esta intención por parte de la Iglesia puede decirse que fijó el estereotipo actual, su influencia no se notó por igual en todos los territorios cristianos. Hoy en día, el término más empleado para referirse a ellos en ámbitos no católicos sigue siendo el de los Tres Reyes y sobre todo los Tres Magos o Tres Sabios, separando la procedencia real y sus cualidades mágicas.

Adoración de los Magos de El Bosco (Museo del Prado, siglo XV)

            Las cabalgatas como tal son, quizá, la aportación más española a la tradición de los Magos de Oriente. Caído ya el imperio español y apenas con algunas colonias en América, parece que en Alcoy comenzó esta costumbre de escenificar la llegada de Oriente de los tres magos, a mediados del siglo XIX. Junto a España, tan sólo en algunas regiones de Europa Central y del norte parece que los niños (y no tan niños) ven pasar ante sus ojos a los llegados de Oriente antes de volver a casa y encontrarse con los regalos.

            Una de las cuestiones más interesantes en relación con los Magos es que, una vez que presentaron sus regalos al recién nacido, nada se sabe de ellos. El evangelio citado termina con una escueta frase que los hace desaparecer del resto de la historia de Jesús: “Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino”. ¿Qué fue de ellos? ¿Cuándo y cómo volvieron? ¿Llegaron a su tierra salvando el peligro de Herodes? Si su llegada era confusa, su marcha dejaba aún más incógnitas, pero también más libertad para escultores y pintores a la hora de representarla. Y en aquellas representaciones antiguas y medievales los artistas dejaron volar su imaginación creando imágenes difíciles de admitir en un cristianismo postridentino. Los tres reyes acostados en la misma cama, desnudos y abrazados, fueron representados de forma abundante en el Medievo pero desaparecieron por completo de la tradición católica posterior. Es lo que Marga Fernández Villaverde ha llamado “La cara B”, como en los discos de vinilo, del relato de los Reyes y Magos.

El sueño de los magos, Salterio de la reina María (Inglaterra, 1310-1320), British Library, Londres

            A la tradición medieval ayudaron representaciones posteriores realizadas por Botticelli, Da Vinci, El Greco, Rubens, Velázquez y tantos otros pintores, gracias a los cuales se fijó en el imaginario colectivo esa imagen que hoy preside tantas casas, plazas e iglesias. Es difícil adivinar como quizá aquellos magos hubiesen podido hacer qué será de esta tradición dentro de unos años, y si las cabalgatas volverán a ser lo que fueron en el siglo XIX o evolucionarán hacia algo distinto. Lo que sí podemos saber sin adivinación alguna, es que como gran parte de nuestras creencias y tradiciones, no siempre fueron como hoy son. Quizá, en ese cambiar adaptándose a los tiempos, esté la clave de su supervivencia.   

Addenda (7/01/2018): La Biblioteca Nacional ha subido a su web algunos manuscritos y textos alucinantes (como todo lo que tienen entre sus fondos) en relación con esta misma tradición y leyenda. Gozadlo viéndolos en este enlace.

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