Si me llegan a decir hace 30 años que recibiría un premio relacionado con el diseño o el arte, difícilmente lo habría creído. Pero así ha sido.

En 6º de EGB suspendí mi primera asignatura, Dibujo y Pretecnología, y recuerdo perfectamente a mi entonces profesor diciéndome que tenía “las manos de mantequilla”. Era incapaz de dibujar nada, aunque en mi cabeza tomaban formas infinitas las ideas que nunca fui capaz de trasladar a un papel. Desde entonces, ni mis apuntes de clase ni las hojas de los congresos o la arena de la playa han sido soportes donde haya intentado dibujar nada. Me sentía y me siento incapaz de trasladar al papel ninguna de las ideas que pasan por mi cabeza, quién sabe si por algún trauma más o menos real que arrastre desde entonces. 

Pero igual que mis manos de mantequilla siguen siendo incapaces de crear nada, hay otras como las de María Alhaja que hacen maravillas. Y en una noche tórrida de este verano nos juntó alrededor de una mesa en mi taberna favorita, la antigua Bellota, al diseñador Jorge Gutiérrez y a mí para proponernos presentarnos a un premio de diseño aplicado a la artesanía que contase historias reales transformables en objetos de artesanía interesantes para turistas y visitantes. Y lo hemos ganado. Para que luego digan que la Historia no trasciende a otros ámbitos. 

Maravíllate, Llaves de Otro Tiempo es el proyecto por el que hemos sido premiados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y que consiste en unas preciosas llaves de cerámica diseñadas por María que abren las puerta a historias de Toledo menos conocidas como las de los beaterios, las posadas o las puertas de la ciudad, de las que me he encargado yo. Caecilia es el nombre de la primera toledana de época romana de la que tenemos constancia, por una lápida procedente de algún cementerio cercano que se encuentra integrada como material de acarreo en el Puente de Alcántara, y que abre la puerta a la ciudad y a la historia de sus orígenes urbanos. Si todo va bien, pronto podrán venderse en oficinas de turismo y otros lugares que apuesten por souvenirs de calidad y relacionados con la historia de Toledo. Y yo no puedo estar más contento de ver hasta qué punto la Historia, con mayúsculas, puede servir para inspirar proyectos empresariales serios en un mundo tan hostil como el del turismo actual.

Si os interesan, aunque pronto estarán accesibles en más puntos de venta, ya las tenéis en la tiendita de Alhaja Cerámica en la Calle Sixto Ramón Parro, junto a la Catedral.